CIUDAD DE MÉXICO

Este viaje comenzó a desarrollarse casi un año antes, desde el inicio de su organización sentimos que México sería un destino que nos marcaría en nuestras vidas por varios motivos, era el primer viaje con amigos fuera de España, y además era uno de los destinos más esperados por nosotros dos, teníamos unas ganas feroces por descubrir la Ciudad de México.

Para poneros en terreno, os comentaremos algunos detalles sobre la Ciudad de México.

Anteriormente se la conocía como Distrito Federal o D.F. en sus siglas. A día de hoy se la conoce como Ciudad de México o CDMX. Contamos que es una de las ciudades más pobladas del planeta llegando a los 22 millones de habitantes aproximadamente, localizándose la mayor parte de la población en la zona metropolitana del valle de México. Como capital del país es el principal centro político, económico, social, académico, financiero, empresarial, turístico, cultural, de comunicaciones, de entretenimiento y de moda…. entre otras virtudes.

La capital de México cuenta con una gran cantidad de alojamientos. Las alternativas son muchas y diversas. Las mejores zonas donde alojarse en la Ciudad de México son el Centro Histórico, por su gran atractivo turístico y las zonas de Polanco, la Zona Rosa y la Condesa. En esta ocasión la zona escogida para pasar nuestra estancia en la ciudad fue el Paseo de la Reforma, dentro de la Zona Rosa.

Decir que el Paseo de la Reforma es la principal avenida de la ciudad, mide casi quince kilómetros y pasa por los principales barrios de la ciudad, donde podremos encontrar algunos de los monumentos más representativos de México, como el Ángel de la independencia, la Torre Reforma siendo esta la más alta de la ciudad, además a lo largo de esta podremos observar las diferentes épocas por las que ha pasado  la ciudad en función del crecimiento de esta, encontraremos un patrimonio lleno de edificios coloniales, parques, monumentos y museos, todo esto hacen de México una ciudad moderna y muy dinámica.

¡Comenzamos!

Llegó el día más esperado, a pesar de pegarnos un buen madrugón, nos despertamos con la sensación de estar en México. Nuestro vuelo con la línea Aeroméxico salió a las 8:00 aproximadamente desde Madrid Barajas. Este fue un vuelo diurno, de unas diez horas y media de duración, una hora muy recomendable para viajar al otro lado del charco, contando que cuando llegas allí tienes todavía toda la tarde del mismo día que viajas, y la sensación de cansancio o jet lag no es un problema para seguir con energía de hacer cosas. Después de unas cuantas pelis, varias comidas, jornada intensiva de sueño, entablar conversación con los vecinos de asiento, ratos de juegos con el móvil, un poco de lectura y repaso del itinerario que tendríamos los próximos días en Ciudad de México, aterrizamos por fin en el aeropuerto Benito Juárez.

Una vez aterrizado, como es de rigor es momento de pasar por el control de inmigración, recoger maletas y lo primero, sacar dinero en uno de los cajeros del aeropuerto, para después esperar a que nuestro Transfer viniera a buscarnos.

Hay diferentes opciones para ir del aeropuerto a Ciudad de México, en Bus, Tren, Taxi (nada recomendable), Uber o por Civitatis qué en nuestro caso, al haberlo contratado por internet desde España fue una forma cómoda y rápida para llegar al hotel, según aterrizamos y sin apenas conocer la ciudad, pensamos que por Uber también puede ser una muy buena opción.

Como anécdota decir que en un principio esperábamos un vehículo grande, éramos 4 con 4 maletones, pero la realidad supera la ficción y nos mandaron un coche con apenas maletero medio destartalado, imposible de meter tanta maleta, por lo que entre conductor más los 4, apenas había hueco para meter maletas con nosotros, pero era la única opción que pudimos ver, meter parte de las maletas en el interior a pesar de que parecíamos sardinas enlatadas y rezando todo el camino para no pillar un bache y que explotara el maletero, ya que se cerró a presión y se estropeó. Las primeras sensaciones de la ciudad en la lata con ruedas fueron bastante inquietantes y un poco acongojadas, quizás porque desde pequeños en las pelis nos cuentan sobre los delincuentes en México, mafias, drogas, mala gente, y la verdad, que al ver unas edificaciones enlazadas entre calles que parecían un laberinto de caos extremo, mezcladas barriadas de casas bajas con polígonos, y muchísimo tráfico, pues nuestras caras fueron cambiando la expresión y la preocupación se fue apoderando de nosotros, imaginando donde  nos estábamos metiendo, pero al fin respiramos algo aliviados cuando el Transfer se paró delante de nuestro hotel en un magnifico barrio cosmopolita y céntrico.

Aquí os dejamos los datos del hotel.

 

NH Collection Mexico City Reforma

Liverpool, 155; Zona Rosa, 06600 Ciudad de México, México.

Tel: +52 55 52289928

Nhcollectionmexicocityreforma@nh-hotels.com

A destacar del hotel la excelente ubicación, se encuentra en plena Zona Rosa en el centro de la ciudad, el personal fue cordial y muy amable desde nuestra llega, parecían estar muy acostumbrados a recibir turismo gay, por lo que no te avasallaban con preguntas incómodas, como que la habitación tenía cama de matrimonio o si queríamos camas separadas…. Las instalaciones del hotel, estaban muy nuevas y modernas, donde la iluminación y las vistas a la ciudad eran la representación de cada habitación o de cada descansillo. Mirar a través de los ventanales la extensa ciudad de día y la iluminación de una ciudad viva era de las cosas que más nos gustaban.

Las habitaciones eran muy amplias y cuidadas, nos recordaba a los hoteles en España, limpios y cuidados, cosa que en otros países y especialmente en los europeos no vemos. En cuanto al buffet del desayuno era una maravilla, cantidad de productos de calidad, cantidad de variación, multitud de productos nacionales exquisitos. La piscina muy moderna climatizada, lo que la sensación de agua fría no existía y en esos días fue de agradecer, la sensación de relajación de esa agua era perfecta después de las caminatas que nos pegábamos. Como servicios extra que ofrece el hotel, el cajero automático, donde pudimos sacar efectivo con nuestras tarjetas sin problema y apenas sin comisión, Spa y gimnasio… entre otros.

Después del viaje, aprovechamos para dar una pequeña vuelta por la zona donde nos encontrábamos e irnos familiarizando con el entorno, como habíamos dicho, estábamos en la Zona Rosa, una zona muy comercial, llena de tiendas, restaurantes, gran número de franquicias internacionales y comercios de todo tipo, aprovechamos este momento que quedaba del día para ir a comprar la tarjeta SIM de una de las compañías telefónicas del país, con la intención de tener datos ilimitados en todo nuestro viaje por el país, con un viejo móvil Iphone 3 nos inventamos nuestro modem, con el que compartíamos datos para los 4 teléfonos.

Aprovechamos también para ir haciendo las primeras fotos en una de las plazas más conocidas del paseo de la reforma, donde se ubicaban unas letras gigantes de las siglas de Ciudad de México, CDMX. Como el día estaba terminando y solo nos quedaba fuerza suficiente para dar un pequeño paseo por las inmediaciones y buscar un sitio para cenar, nos fuimos a un restaurante muy conocido y el cual nos recomendó el recepcionista del hotel. El restaurante se llama La Casa de Toño.

 

https://m.lacasadetono.com.mx/

Dirección: Calle Londres No. 144 Col. Juárez, Alc. Cuauhtémoc, CDMX, C.P. 06600

Horario: ABIERTO LAS 24 horas.

Nuestro primer día comenzó con un desayuno energizante maravilloso en el hotel, nos esperaba un día intenso de visita, para ello contratamos a un guía privado que nos llevaría durante todo el día a conocer la ciudad, con el comenzamos nuestro día por el Museo Nacional de Antropología.

En pleno Paseo de la Reforma se encuentra esta maravilla mexicana, se considera unos de los museos más importantes de Latinoamérica, posee 22 salas de exposiciones y auditorios, además, se encuentra en su interior la Biblioteca Nacional de Antropología, la verdad que desde nuestro desconocimiento no nos esperábamos un museo igual, sin embargo nos sorprendió gratamente y recomendamos su visita si se viaja a la capital mexicana. Pasado el hall de entrada al museo te espera una gran fuente, en forma de columna, recreada como si fuese una columna con grabados de antiguas civilizaciones mexicanas, donde pudimos ver una recreación de distintas danzas que imaginamos fuesen de la época. Según avanzamos por las distintas salas del museo pudimos observar numerosas piezas arqueológicas provenientes de todo el país, como piezas destacadas, podríamos decir que se encuentra un Calendario Maya o Piedra del Sol, recreaciones de piezas de las Pirámides de Teotihuacán e incluso recreaciones de partes íntegras de estas. Vimos multitud de utensilios de la época, ofrendas funerarias y aros del juego de pelota.

Ir a este museo te llevará toda una mañana desde primerísima hora a un ritmo acelerado. Decir que no es un museo muy caro para visitar, apenas 80 pesos mexicanos con visitas gratuitas, estas se ofrecen de martes a sábado desde las 10:30 hasta las 17:00 según unos horarios establecidos que os recomendamos visitéis primero su web, y podáis planificaros el día. Os dejamos el enlace de la web donde podréis encontrar esta información más detallada, además de ver como llegar al recinto

Una vez finalizada la visita por el museo, nos dirigimos paseando al centro de la ciudad para ver los edificios y monumentos más representativos, en algunos de estos pudimos acceder en este mismo día y en otros en días posteriores, al final gracias a nuestro guía pudimos ver grandes rincones desconocidos para el turista de a pie y que os vamos a detallar.

Comenzando por el Palacio de Bellas Artes, considerado una de las casas de opera más renombradas en el mundo, el edificio es espectacularmente bonito, sus columnas y su cúpula dorada destacan la majestuosidad de su belleza, incrustado en una amplia plaza rodeada de edificios característicos de la ciudad, en su interior destacar la cantidad de mármol que hacen de este un edificio tan elegante.

A pocos metros de allí se encuentra la Torre Latinoamericana y que podrás observar desde la plaza donde se encuentra el Palacio de Bellas Artes, esta torre es un rascacielos no muy alto que se ha convertido en todo un icono de la ciudad ya que fue uno de los más altos fuera de Estados Unidos, nos recordaba al Empire State de Nueva York.

Continuamos nuestra andadura por la calle de Tacuba y dimos con el edifico del Palacio Postal, una joya arquitectónica de uno de los edificios que conserva toda su arquitectura original, en una pequeña visita de unos 20 minutos, accederás hasta el patio de los carteros, donde te recomendamos parar en el centro y mirar hacia arriba para apreciar el domo de cristal que brinda luz natural al edificio, las brillantes escaleras de bronce de estilo arquitectónico ecléctico o los puestos postales que a día de hoy siguen funcionando y te sumergen a la época del año 1900. Un magnifico lugar para dar a tus fotografías un toque especial de la época.

Después de esta pequeña visita decidimos reponer fuerzas, para ello nos dejamos recomendar del guía particular que habíamos contratado. En nuestra sección de Donde Comer, os recomendaremos y hablaremos de este lugar.

A primera hora de la tarde y con la panza llena, continuamos por el casco histórico de la ciudad bajando por la calle Condesa, donde pudimos ver la casa de los azulejos, famosa por su fachada llena de azulejos, seguimos bajando hasta la intersección de la calle San Francisco hasta dar con el Templo de San Francisco, haciendo una pequeña visita al interior de esta Iglesia católica nada espectacular, pero si reseñar el hundimiento que sufre este lugar frente al resto de la ciudad, el hundimiento de México  es un fenómeno que se está produciendo por estar construido encima de una antigua área inundada por lagos, además de la sismología que sufre la ciudad.

A medida que bajas por la calle San Francisco y se va acercando al Zócalo, observarás la cantidad de gente que transita por la calle, se vuelve una calle completamente comercial, con las grandes marcas y firmas internacionales, justo antes de llegar al Zócalo nos desviamos a ver otra maravilla comercial y gastronómica, dentro del centro comercial “Shop at Downtown” y Qué Bo!

Es el lugar al que nos referimos para comer bien en un entorno agradable, lleno de luz y lujo. En este sitio pudimos probar una de las bebidas alcohólicas más comunes entre la población mexicana, El Mezcal algo parecido al Tequila, pero aún más fuerte, no sabríamos decir su composición, lo que sabemos es que probamos 4 estilos distintos, El oro verde, El minero, El pechuga de pollo y El gusano. A ninguno nos gustó ningún tipo.

El Zócalo o Plaza de la Constitución, todo un icono de Ciudad de México, no solo por ser una de las más grandes del mundo “si no nos equivocamos es la segunda en superficie”, sino también porque en ella se encuentra la Catedral Metropolitana, El Palacio Nacional, El Palacio del Ayuntamiento, el Edificio del Gobierno y algunos hoteles. Una plaza indispensable en una visita a Ciudad de México, si vas con un guía te explicará la cantidad de hechos importantes que se han dado lugar aquí, como actos de la independencia española, invasión de Estados Unidos o la invasión francesa. Olvidamos decir que en esta Plaza también podrás encontrar los restos arqueológicos de la antigua ciudad, llamada Tenochtitlan.
Esta Plaza da mucho juego en la visita y es especialmente divertida si te haces fotos con tus amigos haciendo “el gamba” verás multitud de vida aquí y por ello merece pasar un buen rato y en más de una ocasión.

La Catedral Metropolitana, un edificio de una mezcla arquitectónica gótica, barroca y neoclásica, asentada en uno de los extremos de la Plaza de la Constitución, acceder a este templo es sumergirse en un edificio lleno de arte e historia que permite deambular por sus pasillos llenos de columnas, bóvedas y arcos. Os recomendamos que una vez accedáis al Templo lo hagáis a través de una visita guiada y accedáis al campanario poco antes de las 12:00 am para estar a en punto y escuchar un increíble concierto de campanas.

Otro punto curioso de la catedral es el sensor sísmico colgando que hay en el centro de uno de sus pasillos centrales al altar, este a través de la oscilación avisa de posibles terremotos.

Este primer día fue un día muy intenso de visitas y correr “deaquíparallí”, pero todavía seguíamos ansiados de meternos más en la cultura mexicana, algo que solemos hacer en cada uno de nuestros viajes. Esta vez queríamos ver algo muy representativo del deporte mexicano, algo que tuviese la misma repercusión que el fútbol en España, pues que mejor que ir a ver la lucha libre mexicana y conocer toda su esencia al dedillo, para ello fuimos a un torneo en la catedral de la lucha, el estadio Arena México y para mimetizarnos en el ambiente del ring nos caracterizamos con las máscaras de algunos de sus luchadores representativos y unas micheladas.

La michelada es una bebida muy típica mexicana compuesta por cerveza principalmente con zumo de lima, salsa picante tipo tabasco, chile molido y servida muy fría. Reconozco que no nos entusiasmó demasiado, pero creemos que tienes que ser mexicano para disfrutar de esta bebida tan común en la vida de los mexicanos.

El espectáculo que presentamos, era un espectáculo de lucha libre como el que conocemos o hemos visto alguna vez en la televisión, lo mejor como lo vive la gente, cada luchador tiene su público y sus fans, como animan o abuchean, sin duda es algo para vivir y entender tanta pasión que ponen por este deporte. MUY RECOMENDABLE.

De vuelta al hotel ya de noche, quisimos volver a pasar por El Zócalo, queríamos verlo de noche y a poder ser, cenar en alguna de las terrazas de los hoteles que componen la Plaza. Poco más que decir a la belleza de esta Plaza que no hayamos dicho, con el añadido de la iluminación de la plaza y de sus edificios, algo que os queremos mostrar en las siguientes fotos.

Excursión a Teotihuacan:

Si el primer día había sido duro para los pies, el segundo no se iba a quedar corto no solo en kilómetros andados, sino también en escalones subidos. Nos esperaban unas de las pirámides más grandes de Mesoamérica, para posicionarnos donde íbamos, comentaros sobre Teotihuacan.

Antes de llegar a Teotihuacan queremos comentar lo que vimos desde el coche en el viaje desde Ciudad de México a Teotihuacán y lo importante que es el México del área metropolitana, donde vive la mayor parte de la población, en muchas de estas zonas no es recomendable andar por seguridad, aunque en otras de estas lo consideran la clase media, para nuestros ojos podríamos decir que es una clase mas baja, en este área se puede observar multitud de “casitas/favelas” de colores, lo de los colores nos lo explicaron, estas se pintaron en la última visita del Papa a la ciudad, para enmascarar la pobreza de la zona y darle una visión mas divertida y más cuidada, se pintaron de colores.

Deciros que en Teotihuacán se concentran los principales complejos de edificios de la Ciudadela, uno de los centros urbanos más grandes del antiguo mundo, fue la sede del poder de una de las sociedades Mesoamericanas más influyentes, reconocida como uno de los testimonios más sobresalientes del urbanismo antiguo y el desarrollo, por esto tiene un alto interés para investigadores de todo el mundo.

Teotihuacán es un área abierta donde podrás ver a lo largo de La Calzada de los Muertos, la Ciudadela, El Templo de la Serpiente, diversos conjuntos residenciales, el Palacio Quetzalpapalotl y las impresionantes y majestuosas Pirámides del Sol con 65 metros de altura y 238 escalones muy empinados e irregulares y la Pirámide de la Luna algo más pequeña que su hermana con 43 metros de altura. Como recomendación, agarraros bien y no hagáis el tonto al bajar que os podéis caer y dependiendo de la altura en la que estéis el golpe puede ser muy fuerte.

Estas Pirámides con unos 2000 años de antigüedad y maciza en su interior construidas para las ofrendas y sacrificios a los dioses, relacionados con el culto al fuego y al agua, elementos esenciales en la vida.

Os recomendamos visitar esta zona lo mas pronto posible, debido a dos factores, por un lado la cantidad de turistas que encontraréis a primera hora nada tiene que ver con el que hay al medio día, si sois madrugadores disfrutaréis muchísimo más de este complejo, por otro lado el calor de medio día llega a ser insoportable, por lo que el agua y la hidratación continua son esenciales en la mochila de viaje.

Después del viaje mañanero, la tarde la pasamos reponiendo fuerzas en la piscina del hotel y preparando el paseo de la tarde, la cena y lo que se nos fue de las manos la noche….

La parte nocturna la podéis disfrutar en la Zona Gay de México.

Por la tarde después del baño nos propusimos ir a pasear por el Barrio Rosa y el Paseo de la Reforma, hasta llegar a la Plaza del Ángel de la Independencia, famoso monumento conmemorativo de la Guerra de la Independencia y coronado con la Diosa Victoria. Una zona modernísima de la ciudad con altos rascacielos, merece mucho la pena pasear de forma tranquila por esta magnifica avenida y disfrutar de sus edificios, glorietas y esculturas.

Ver el contraste por la mañana de favelas de colores a ver por la noche uno de los barrios más elitistas de Ciudad de México, nos hizo pensar mucho en la diferencia social que hay en el país.

Después de un día duro y una noche aún peor, seguíamos con ganas de meternos más en la esencia del pueblo y su cultura, por ello contratamos un free tour gastronómico por el Mercado Jamaica, uno de los mercados más grandes de la ciudad, ubicado entre grandes naves y seccionado por tipo de tiendas, nos sorprendió la gran cantidad de movimiento y bullicio que generaba este mercado, además es muy famoso por los puestos de flores y plantas ornamentales.

Compuesto de multitud de callejuelas estrechas o muy estrechas de puestos en el interior de las naves con todo tipo de productos, de este mercado sacamos muchísimas curiosidades culturales.

Nos llamó mucho la atención los puestos de jaulas para pájaros domésticos, como buen madrileño me recordaba al rastro de Madrid, cuando se vendían animales en plena calle, eran puestos muy destartalados y donde la limpieza brillaba por su ausencia.

En las carnicerías, de corte tradicional podías encontrar cabezas enteras de cerdo colgadas de los expositores además de algunas otras partes del cerdo que también colgaban, algo muy gore a lo que estamos acostumbrados a ver en las nuestras, ya con la pieza despiezada.

Encontramos multitud de puestos de tés e infusiones medicinales, como por ejemplo para regular la presión arterial, para la diabetes, para la tos o gripe entre otros.

Los puestos de pañales y compresas, lo curioso de esto es que se compraban sueltos, por unidades, no por paquetes, eran puestos llenos de botes de plástico transparente cada uno de ellos con unas etiquetas muy grandes de colores diciendo que contenía el bote y el precio unitario.

Los puestos de chamoi, el chamoi es un condimento hecho con fruta deshidratada, chile, sal y azúcar que se puede tomar disuelto en agua o en el propio polvo mojando algún tipo de fruta. No estaba nada mal, eso si algunos sabores picaban demasiado.

Los puestos de mole, una especie de pasta conseguida a través de la mezcla de especias, chiles y masa de maíz, muy utilizado en guisos de verduras y carne, bastante rico de sabor.

Multitud de puesto de pescado deshidratado, muy poco apetecibles a la vista.

Puestos de tortillas mexicanas, lo curioso era la forma de realizar la tortilla de una forma muy artesanal, vendidas al peso. A pesar de contar con una maquina el proceso en sí nos resultó muy rudimentario, con un resultado muy elaborado.

Por la otra parte de este mercado, estaba el Mercado de las flores, una nave invadida de flores, centros y plantas, nos dimos cuenta de la importancia floral que hay en el país, la verdad que los centros de flores que vimos eran espectaculares, no dejaban fotografiar por no llevarse ideas fuera del país y poder seguir teniendo esa exclusividad, aun así, alguna fotografía hicimos.

Y por último los puestos de helados callejeros, donde la higiene y el mantenimiento de los carritos también dejaba mucho que desear, pero como lo que no mata engorda, fuimos a probarlos.

Una vez recorrido el Mercado de Jamaica y haber ido picoteando por varios de esos puestos, nos fimos directos a la Casa Museo de Frida Kahlo, ubicado en uno de los barrios más bonitos de Ciudad de México, Coyoacán. Una magnífica casona donde puedes encontrar gran parte de sus obras y la conexión que existía entre sus creaciones con su propia vida, verás también sus vestidos de la época y artilugios que la servían para mantenerse de pie. La visita que hicimos la recomendamos, eso sí, es importante ir con tiempo, suele haber bastante fila para entrar y el horario es muy limitado.

Web: https://www.museofridakahlo.org.mx/es/el-museo/

Coyoacán, nuestro siguiente destino después de visitar la Casa Museo de Frida Kahlo, este barrio se caracteriza por ser uno de los barrios más bohemios de la ciudad, grandes casas coloniales, calles adoquinadas, plazas y jardines donde se concentran muchos artistas, multitud de galerías de arte puedes encontrar en el entramado del barrio, además de encontrar muchas cafeterías y terrazas donde podrás tomarte algo para reponer fuerzas. Como hicimos nosotros al dar con un puesto de saltamontes y con una churrería.

Amaneció un nuevo día y en esta ocasión nos dirigíamos a Cholula y Puebla, dos localidades como a una hora y media de Ciudad de México, en una excursión que pudimos contratar desde España.

Al salir con el autobús de la ciudad por el norte, pasamos por uno de los barrios más peligrosos y nada recomendable visitar, Tepito. Nos llamó la atención que estaba lleno de puestos, como si de un mercadillo se tratase, por lo que se ve, no es un mercadillo como tal, sino que diariamente amanece este barrio lleno de puestos ambulantes, nos advirtieron no pasear por sus calles y si lo hacíamos, siempre con alguien local del barrio, sin cámaras ni artilugios de valor que puedan llamar la atención.

Después de una subida de aproximadamente 15 min, a pleno sol, llegamos al Santuario de la Virgen de los Remedio, allí pudimos disfrutar de unas increíbles vistas de Cholula y de Puebla junto con el inmenso volcán Popocatepetl, pudimos realizar cientos de fotografías en esta zona tan bonita.

Al bajar continuamos con nuestro álbum fotográfico y vimos un espectáculo de voladores, algo muy típico de esta zona de México.

Después de un pequeño paseo por esta zona arqueológica de Cholula continuamos hacia Puebla, capital que conforma otro de los estados mexicanos junto con Ciudad de México y que tiene una población de unos 6 millones de habitantes, nosotros iremos a la zona más turística y céntrica de Puebla, empezando por la Catedral que podríamos decir que es el edificio más importante del Casco Histórico de la ciudad, su excelente conservación  guardan numerosas pinturas, famoso el Altar de los Reyes por su retablo y el único edificio de México que conserva el escudo español de los Reyes Católicos.

Muy cerca de la Catedral, se encuentra la Biblioteca Palafoxiana, donada al pueblo de Puebla por el obispo Palafox, una espectacular biblioteca conservada en perfecto estado digna de ver por los amantes de los libros, aunque no es muy grande, merece ser visitada. Esta biblioteca se encuentra en el interior del edificio de la Casa de la Cultura.

Pasear por el interior de Puebla es descubrir la esencia mexicana de tradición colonial, conservado en perfecto estado, lleno de templos católicos, casas coloniales y mercadillos donde podrás realizar algunas de tus compras de recuerdos o artesanía y pintura, en nuestro caso aprovechamos para comprarnos unos cuadros y algunos recuerdos del viaje.

A la noche pudimos dar un paseo por el Barrio de Roma, un barrio perteneciente al centro de Ciudad de México, un barrio muy cuidado de clase alta lleno de mansiones y palacetes de época, en este barrio pudimos encontrar una escultura de la Diosa Cibeles, casi idéntica a la que tenemos en Madrid, algo muy curioso y que pocos ven.

Después de este agradable paseo y una última cena en la ciudad, nos preparábamos para el día siguiente acabar nuestros 5 días por la capital federal de México.

Una ciudad que nos sorprendió tanto que nos encantaría volver para acabar de conocer cada uno de los rincones que no pudimos ver y repetir aquello que tanto nos gustó.

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